jueves, 8 de enero de 2009

El dinero no da la felicidad (cuando se tiene), aunque ayuda (cuando llega)

Todo salió del blog del libro Freakonomics. Para quienes no lo leyeron o nunca oyeron hablar de él, es el libro de un economista (Steven Levitt, quien hizo las investigaciones) y un periodista del New York Times (Stephen Dubner, el que escribió el libro) que relata hallazgos poco convencionales para un economista.

Es decir, trabajos en economía del crimen, habla de las drogas, del aborto y demás cosas poco convencionales pero que realmente interesó mucho al público en general y ya lleva vendidas más de 3 millones de copias en el mundo.

Bueno, estos dos individuos tienen un blog en el que escriben acerca de estas cosas y también hay economistas invitados que escriben de vez en cuando. Esta vez le tocó el turno a Justin Wolfers que junto a Betsey Stevenson son dos jóvenes economistas de la universidad de Pennsylvania que estudiaron la relación a nivel países entre el PBI per cápita (es decir la medida más normal para ver el ingreso de un país) y la felicidad o satisfacción personal (medida por una encuesta del 2006 de Gallup World Poll bastante amplia y profunda). Pero antes de ver los resultados hagamos un breve resumen de este tema en economía.

En 1974 el economista Richard Easterlin encontró una paradoja (la famosa paradoja de Easterlin) en cuanto a esta relación que provenía de 3 observaciones:

A) En una sociedad, las personas ricas tienden a ser más felices que personas pobres.
B) Pero sociedades ricas no tienden a ser más felices que sociedades pobres.
C) En la medida en que un país se hace más rico no es más feliz.

Lo interesante de la investigación de estos jóvenes economistas es que ellos con nuevos y más amplios datos encontraron que no había tal paradoja.

Es decir, estas tres observaciones que parecían raras no se dan y los países más ricos son en promedio más felices y a medida que un país crece también lo hace su felicidad.

Ellos dicen que estos nuevos hallazgos se deben a que los datos anteriores eran pocos y sesgados hacia países con mucho ingreso (que son generalmente los que en el pasado tenían más cantidad y calidad de datos) y que también la encuesta de Gallup fue un gran avance en cuanto a encuestas de felicidad (que es un tema muy problemático para medir). La felicidad es básicamente medida en una escala del 0-10.


La pregunta clave que hacen los encuestadores es:

“Please imagine a ladder/mountain with steps numbered from 0 at the bottom to 10 at the top. Suppose we say that the top of the ladder/mountain represents the best possible life for you and the bottom of the ladder/mountain represents the worst possible life for you. If the top step is 10 and the bottom step is 0, on which step of the ladder/mountain do you feel you personally stand at the present time?”

Ahora adentrémonos más en el trabajo. A continuación pagamos el gráfico más representativo del trabajo, el que muestra la relación antes mencionada.

Observen donde está Venezuela (VE)

Mencionemos algunos hallazgos más que interesantes.


1. El PBI per cápita parece estar altamente correlacionado con la felicidad media de los países, más de 0.8 es la correlación simple.

2. La relación entre felicidad e ingreso parecería ser lineal. Es decir, si EE.UU aumenta su ingreso en 10% su felicidad aumentará lo mismo que si Sierra Leona aumenta 10% su ingreso. Esto viene a combatir previos pensamientos que hay un punto de saciedad en el ingreso, en donde más ingreso nos da cada vez menor felicidad.


3. A pesar de esto, el estudio también dice que 100 dólares extras en Burundi tendrían un efecto en la felicidad ¡¡25 veces más grande que en Estados Unidos!!

Esto sin duda le da muchos puntos al tema de dar plata a los países más pobres que es tan discutido por los países desarrollados por los pocos resultados que se han visto hasta ahora.


Para los que están más interesados está el link al post original y a un segundo link acerca del estudio. Una nota del NY Times con un buen análisis y también el trabajo en cuestión.


Lea: Fiebre del consumo (traducción de un artículo de Paul Krugman)

Fuente:
Agentes racionales

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