viernes, 30 de enero de 2009

Sergio Fajardo: La violencia destruye las oportunidades de los humildes



Sergio Fajardo Valderrama


La entrevista a Sergio Fajardo Valderrama que a continuación se publica fue realizada por el periodista y escritor Boris Muñoz. Fue originalmente publicada en la separata de la Revista Exxito “Los vientos que soplan”, bajo el patrocinio del Grupo de Empresas Econoinvest.

-Uno de los aspectos que llama la atención del trabajo desarrollado por la alcaldía de Medellín es que antes de abordar lo público se abocó a un intenso proceso de reordenamiento interno de la propia institución de modo que la gestión de la ciudad estuvo en cierta medida subordinada al funcionamiento interno de la alcaldía. Usted encabezó ese proceso, ¿por qué optaron por comenzar a ordenar la ciudad desde adentro hacia fuera?

-Vale la pena que primero explique cómo surgió nuestro movimiento político. Al finalizar el año 1999, conformamos un grupo de personas de diversos sectores reunía intelectuales, ONGs, académicos, asociaciones comunitarias y algunos empresarios de diversos campos nos reunimos y dijimos vamos a participar en la política, porque los políticos son quienes toman las decisiones más importantes de la ciudad.
Hasta ese momento éramos apolíticos, en el sentido de que teníamos una actividad fuera de la política, pero queríamos a la ciudad y la estudiábamos desde sectores y disciplinas muy diversas.
Decidimos buscar el poder para hacer lo que nosotros queríamos, porque aunque siempre tomábamos iniciativas nos quedábamos bloqueados cuando tropezábamos con algún político. Nuestro grupo se convirtió en un movimiento cívico independiente, un movimiento que tiene principios sólidos y coherentes y una propuesta de ciudad.
Ambas cosas las articulamos para desarrollar una gestión diferente a las realizadas por la política tradicional. Este rodeo es solo para ilustrar que lo que hemos venido haciendo durante cuatro años en la alcaldía pasa no solo por la voluntad de cambiar una situación, sino por la forma institucional que hemos querido darle a ese cambio. Esto comienza desde las campañas electorales, en las que se suelen vender intereses y comprometer buena parte de la gestión.
Nuestras campañas fueron totalmente distintas a lo que se había hecho hasta entonces. Como no teníamos estructura partidista fuimos directamente a las personas, una por una. Le gente nos veía como locos: “¿Qué les pasa a estos? No tienen un voto, no tienen un peso y encima dicen que tienen una propuesta para transformar la sociedad”. Llegar a la alcaldía sin haber comprometido ni un solo interés por los votos, nos dio la libertad para cambiar las cosas.

-¿Qué vino después?

-Decidimos que como los recursos públicos son sagrados teníamos que definir lo que para nosotros es la transparencia. Conformamos un equipo cuyos miembros no pertenecen a ningún grupo ni están atados a ningún interés. La transparencia es una forma permanente de rendir cuentas en lo público a través de un plan de desarrollo que ha sido el más discutido en el concejo de la ciudad. Esta actuación está basada en un principio fundamental para nosotros: coherencia. La coherencia se transforma en confianza, de modo que todos los actos y propuestas que hemos hecho públicos los hemos mantenido de manera coherente en el tiempo. Por eso hemos podido desarrollar un estilo distinto y trabajar con base en la meritocracia. Al llegar a la alcaldía por ejemplo no echamos a nadie a la calle. Si hablábamos de educación, pensábamos que todos los maestros son buenos por definición. No actuábamos bajo la impronta de hacer algo solo con el clan político o la cuadrilla de seguidores.

-En gran medida la libertad de acción que manifiestan se debe a que no tienen a un partido político con una clientela a cuestas. Ahora ustedes aspiran a repetir en la alcaldía, de modo que gran parte de esa novedad ya será historia.

-Si, pero lo importante de todo es mantener la coherencia con lo que hemos hecho. Podemos decir que trabajamos por la ciudad y en esa medida todo el que quiera hacer lo mismo será bienvenido, pues nosotros lo respetamos. Medellín tiene muchos problemas para estar dedicándose a las peleas políticas.

-Qué obstáculos encontraron ustedes en esa renovación, aparentemente tan completa y compleja, de la gestión urbana.

-El mayor obstáculo era ganar las elecciones. Todo pasa por el primer día: ¿cómo hacer política? No teníamos recursos económicos ni estructura clientelar, pero razonamos que había que ir donde estaba la gente, en los buses, en las casas, en el estadio, en los jardines, en la iglesia, en los parques, subiendo a los barrios, presentando nuestra propuesta. El discurso más corto que yo echaba era para los taxistas en los semáforos: “Mira -y le entregaba un panfleto- esta es nuestra propuesta. Échale una mirada y si te gusta apóyanos”. Los mirábamos a los ojos y de frente, teníamos esa franqueza y el apoyo de un discurso basado en el conocimiento profundo de la ciudad. Esa es la clave: mantener la relación con las personas y la coherencia entre el discurso y la acción. Así ganamos la confianza.

-Uno de los grandes predicamentos de la política latinoamericana es el abismo que hay entre la retórica de las intenciones y la honestidad de las prácticas. ¿Cómo garantizar que esa confianza esté respaldada en la transparencia?

-Nosotros siempre estamos bajo la lupa.

-¿Quién controla la lupa de la alcaldía?

-Yo, como administrador y garante de la coherencia de los principios. En esto participa mi formación como matemático. El campo de mi formación es la lógica y esa formación que está basada en axiomas matemáticos de alguna forma la traslado a mi forma de gestionar que está basada en entender los problemas y sus relaciones. Así como la lógica tiene unos principios que son como un andamiaje, para operar trabajamos sobre principios. Si, por ejemplo, decimos que los recursos públicos son sagrados es porque son sagrados. De modo que todos los principios del municipio de Medellín pueden ser consultados por cualquier ciudadano. Contrario a la corrupción, que se solapa en la oscuridad, nosotros vamos por la transparencia que equivale a ver, mirar, lo cual siempre es más difícil porque la gente puede plantear las preguntas que se le ocurran.

Una muestra es la forma cómo elegimos 100 nuevos fiscales de tránsito para la ciudad. Hicimos una convocatoria pública en la cual se inscribieron 1200 personas de las cuales se eligieron esas 100. Obviamente, yo pude haber buscado 100 simpatizantes nuestros, gente que sigue nuestro proyecto, pero no le dimos un puesto a nadie, sino que la búsqueda fue transparente. Hemos mantenido los principios y eso es parte de nuestro orgullo porque se expresa en la confianza que nos tiene la gente de Medellín.

¿Por qué? Porque la gente no es boba, siempre está observando y juzgando.

-De sus palabras se desprende fácilmente que la confianza es una piedra angular de la praxis política.

-Vengo del mundo académico y de los académicos siempre se sospecha de incapacidad para gestionar, porque se supone que hay una gran distancia entre la teoría y la acción. Lo que hemos demostrado es que se puede hacer una buena gestión basada en la capacidad de entender y explicarle a la gente las cosas.
Hablando a título personal, como siempre he sido profesor de matemáticas creo que es fundamental poderle explicar a una persona cualquier tema de su interés de la manera más clara y sencilla posible, porque ese es un punto fundamental del respeto. Si uno se toma el trabajo de explicarle a la persona más humilde un tema, identificar la esencia de las cosas y mostrarla, lo cual da a un maestro como yo un enorme gusto, se está conformando un poder. Explique, muestre, señale porque la gente va entendiendo. Ese es nuestro poder, un poder que se pone de manifiesto en realidades tangibles. Medellín es hoy la ciudad mejor administrada de Colombia y la que cuenta con el mejor manejo de recursos. Eso logramos en tres años y medio, sin robarnos ni un peso, poniendo la cara en todos los espacios y sometiendo cada cosa a discusión, aunque eso es muy exigente. Más fácil sería que hubiese alguien que dictara todo a voluntad y que todo el mundo la obedeciera.

-¿Cómo alcanzar un elemento tan deseado -la confianza- a partir de una historia trágica como la de Medellín, la ciudad más violenta de América Latina a lo largo de los años 80 y 90 del siglo pasado?

-Esa realidad tiene muchas etapas, hasta llegar a lo nuestro. Otra vez apelo a mi experiencia como matemático. A mi me gusta pensar que para resolver un problema primero hay que definirlo: ¿qué es lo que voy a resolver? Medellín es parte de una sociedad profundamente desigual. Esas desigualdades generan una buena dosis de injusticia lo que lleva a una gran deuda social acumulada.
Eso no tiene ningún misterio, eso es cierto, lo mismo en Medellín que en Caracas y el resto de América Latina, la región más desigual de la tierra. Eso hay que explicarlo de la manera más clara para que la gente entienda que se está trabajando para resolverlo. En Medellín hay otro problema que nos ha hecho dolorosamente únicos. Desde comienzos de los 80 tenemos una violencia que ha ido echando hondo sus raíces, mucho más de lo que nosotros quisiéramos. Este es un problema muy complejo, porque no es una violencia coyuntural. Así que tenemos dos problemas.
¿Cómo los resolvemos? Esta es la fórmula: hay que bajar la violencia. Pero todo lo que la violencia disminuya hay que convertirlo en un tipo de intervención social para que la disminución de la violencia debe ser sentida por la gente como un aumento de la riqueza en la calidad de vida de la ciudad. Esa es la fórmula y es muy importante expresarla y aplicarla, porque, en el pasado, todo lo que hemos sufrido por la violencia se ha traducido en una carencia mayor de oportunidades para los más humildes, porque la violencia lo que hace es destruir oportunidades de los que no tienen voz. Por eso, nosotros decimos que nuestra fórmula va del miedo a la esperanza. El miedo es la violencia y la esperanza son las oportunidades. Disminuir la violencia a medida que se hacen intervenciones sociales tiene el efecto de un círculo virtuoso: la violencia sigue bajando si a cambio de lo ganado se invierte socialmente. El modo contrario no funciona. Se pueden hacer grandes obras sociales, pero sin un programa de conversión de la violencia en otra forma de socialización, ésta no disminuirá.

-¿Qué intervenciones concretas han tenido mejores resultados la creación de ciudadanía y el desarrollo humano, que es uno de los horizontes de su gestión?

-Lo que mejor funciona es una mezcla de factores. En Medellín, 20% de la educación es privada y atiende a los estratos más altos de la sociedad, mientras el 80% de la educación pública atiende a los estratos más bajos. En términos generales, la calidad de la educación privada es más alta que la pública. Si nosotros no intervenimos ese problema las desigualdades se seguirán ampliando y si el problema de las desigualdades era uno de los que íbamos a resolver más vale que nos miremos en el asunto educativo, porque en el siglo XXI la mayor brecha diferencial es la del conocimiento.
¿Qué hacemos? La calidad de la educación es un proyecto de transformación social y, para mí, es el proyecto más profundo, pues atañe a toda la sociedad. ¿Cómo llevarlo a esa escala entonces? Hay que tener una calidad educativa más alta para toda la ciudad. Todo el mundo debe estar involucrado en la sociedad de la información porque vivimos en un mundo global y, aunque uno quisiera que el mundo fuera de otra manera, ese es otro problema, pero este es el mundo en que estamos y donde nos vamos a morir. La respuesta es garantizar una alta calidad de educación para todos. Así vamos contra las sociedades desigualdades. Sociedad que no pase por ese proceso estará profundizando las desigualdades, porque el cierre de las brechas sociales comienza por el conocimiento.
De ahí pasamos a un segundo punto: construir ciudadanía. En Medellín, como en Caracas, encontramos el fenómeno de la ubicuidad de las rejas. El más humilde, lo mismo que el más poderoso, tiene una reja en su casa y cada quien vive en un pedacito de la ciudad relacionándose solo con quien más se le parece. Cuando sucede por mucho tiempo la relación entre las personas es dominada por el miedo y la desconfianza. Para resolver ese problema nos tenemos que encontrar, nos tenemos que ver y derribar las murallas y de apertura de guetos.

-En todo lo que usted explica hay una notoria coherencia, pero, además, también se percibe un afán de lograr resultados más allá de las agendas ideológicas. No es necesario ideologizarse para producir un cambio.

-Cierto.

-En Venezuela, todo ese discurso estaría revestido por un barniz de socialismo.

-Eso es un problema de ustedes, como venezolanos. Nosotros somos un movimiento cívico independiente con una propuesta de transformación de la sociedad: encontrarnos para construir juntos. Nosotros no estamos contra ningún este o aquel grupo de la sociedad y eso hace la diferencia. Porque en Medellín después de lo que hemos vivido nos tenemos que encontrar para construir, entonces nuestra relación con los demás ha sido invitarlos a construir juntos. No nos podemos a señalar de enemigo a alguien de izquierda o derecha, sin haberle explicado que la calidad de la educación es importante.
Creo que esa forma inclusiva de trabajar es una política del siglo XXI. Hay que hacer las transformaciones sociales buscando los terrenos comunes. Lo que hemos logrado es que la ciudad entera diga esto es de todos nosotros, esto va en beneficio de toda la colectividad, pero si ir en guerra con uno o con otro. Nuestro fin es resolver los problemas y esa es una ideología del siglo XXI.

-Dado que las ciudades son dramas colectivos, un drama que la violencia destruye convirtiéndolo en tragedia, ¿qué hacer para que la gente se sienta vinculada otra vez a la ciudad como hecho colectivo y, por tanto, participe?

-De acuerdo, ese es el reto de la profunda transformación urbana que estamos efectuando. Estamos cambiándole la piel a la ciudad, construyendo nuevos espacios para crear nuevos tipos de encuentro. Eso es muy lindo, porque eso nos pone a trabajar sobre un mapa en el que se identifican de manera precisa donde están las necesidades de la ciudad. Como alcalde he estado en todas esas partes, porque nosotros hacemos la política caminando, estableciendo una relación con el territorio.
En los espacios donde hubo mayor destrucción, estamos construyendo los espacios más bellos del mundo, parques-bibliotecas. Decidimos que fueran parques-bibliotecas y no, por ejemplo, canchas de fútbol, porque a un parque pueden ir hombres y mujeres de cualquier edad. En las bibliotecas no solo están los libros sino también la Internet que es gratis para todo el mundo, está el salón del barrio, la sala de conferencia, el jardín de infancia para niños menores de seis y el centro de desarrollo empresarial zonal que es una red de microcréditos desde el nivel más básico.
¿Por qué hicimos eso? Porque sabemos que la reducción de las desigualdades, además de pasar por la reconstrucción del espacio público y la ciudadanía, está atravesada por el conocimiento. Un espacio para la convivencia asociado con el conocimiento. Y esa es una pauta de nuestra gestión, la solución a esos dos problemas va siempre asociada. Siempre me pongo muy feliz al hablar de esto.
En nuestra ciudad la mayoría de los niños apenas entraba en contacto con la educación a los 6 años, pero mi hijo estaba en recibiendo educación desde el año y medio. Obviamente eso genera una brecha: mi hijo le lleva cuatro años y medio de educación a un niño de un sector con menos recursos, años que son irrecuperables y eso es una injusticia. Pero la injusticia no es que mi hijo reciba educación desde temprano, sino que haya niños que no la reciban. Ahí marcamos una clara diferencia entre derecho y privilegio. La educación no debe ser un privilegio, sino que es un derecho. Eso no lo discute nadie hoy en Medellín. Para dejar eso claro ganamos las elecciones, para eso usamos el poder que nos confirieron.

-Lo que usted cuenta da la idea de que, dentro de todo, Medellín es una ciudad con cierta autonomía de la administración central y que no depende de ésta para planificar y administrar sus recursos.

-Esa es una observación muy válida. En nuestra estructura administrativa, los alcaldes tienen mucho poder, aunque desde luego hay relación con el gobierno central. Tenemos diferencias y puntos comunes con el gobierno de Bogotá, pero nuestra posición es de trabajar juntos en los problemas que así lo ameriten.

-La seguridad es uno de los aspectos fundamentales dentro de la calidad de vida de una ciudad, ¿qué tipo de iniciativas han tomado para mejorar los índices de inseguridad en Medellín?

-Lo primero es ocupar todos los espacios de la ciudad con las autoridades legítimas. No puede ser que haya un barrio donde manden los delincuentes y que sean ellos quien tienen el poder de las armas, el poder de la destrucción y que sean referentes para niños y niñas. Cuando un niño o una niña ve que en la esquina hay un señor con armas y poder, quien ha cometido fechorías, y que, de paso, es el que tiene más plata en el sector, eso es fatal para la ciudad, porque un delincuente no tiene que ser referencia para los más jóvenes, ni para la sociedad.
La policía tiene que garantizar que eso no suceda. Barcelona, que tiene la misma cantidad de habitantes que Medellín, cuenta con el doble de policías. La seguridad es un derecho básico de las personas. Usted puede irse a trabajar con la garantía de que a su hijo no se lo van a malograr. Eso es un derecho básico y no tiene nada especial, ni es de derecha o de izquierda. La seguridad es necesaria, aunque la vida de una sociedad no tiene que girar paranoicamente en torno a este tema. Lo que está claro es que la policía tiene que jugar un papel.

-¿Es la policía de Medellín autónoma?

-No la policía es nacional. Pero trabajamos muy estrechamente porque es crucial que la alcaldía y la policía estén sintonizadas. La policía debe entender que sobre todo debe respetar los derechos de las personas, porque los derechos humanos son una garantía mínima en cualquier sociedad. Los derechos humanos son una garantía mínima que debemos manejar. En ese sentido estamos recuperando terreno, hemos ganado seriedad, compromiso, seriedad y responsabilidad. Por otra parte, la gente debe entender que la policía no es un enemigo público y la alcaldía debe trabajar por ese entendimiento. El otro día celebramos un partido importante de fútbol el domingo del día del padre. Le dimos un agradecimiento público a la policía porque la policía fue parte del desarrollo pacífico del evento. Ella es parte de la caída en el índice de homicidios y hay que reconocerlo.

-También tienen el controversial proceso de desincorporación de los paramilitares que ha levantado mucho revuelo.

-Si, es una decisión del gobierno nacional. Uno de los lugares donde mejor ha funcionado es Medellín. Trabajamos con 4000 personas de la cuales el 10% sabemos que hace trampa, pero con 3600 va funcionando bastante bien. Lo importante es disminuir la violencia, lo que venimos logrando. Hemos tenido un proceso de negociación bastante efectivo con las bandas criminales armadas.

-¿Qué es para usted una ciudad hoy?

-Es un universo acotado en lo físico donde convivimos personas de la manera más compleja posible, lo que plantea el reto fundamental de crear un espacio urbano donde todos como personas nos podamos desarrollar y que ese desarrollo tenga una condición muy especial: que logremos ser ciudadanos y ciudadanas. El individuo se preocupa sobre todo por sus intereses, cosa que es perfectamente legítima, pero el ciudadano es consciente que la ciudadanía depende de la relación con los demás, es decir que tiene intereses comunes con los otros. Eso es.
-La solidaridad es un aspecto central de la ciudadanía.

-Por supuesto; mi realización pasa por la realización de los demás y por la forma de compartir juntos parte de los proyectos de vida.

-Caracas es una ciudad compuesta por cinco municipios y una alcaldía metropolitana. Cada municipio tiene una identidad política particular que afecta la gestión y convierte a la ciudad en un puzzle. ¿Cómo gobernar una urbe con estas características?

-Es un verdadero lío. En Medellín tenemos 10 municipios, pero hay un muy poderoso que es Medellín, del que soy alcalde. Suceden cosas en otros municipios que me mortifican pero sobre las cuales nada puedo hacer. La autoridad metropolitana tiene, por otro lado, la posibilidad de detectar fenómenos de escala metropolitana, por ejemplo el medio ambiente. Pero si a mi me dijeran que van a dividir a Medellín en seis municipios con distintas visiones políticas, yo exclamaría: ¡problemas! Puede haber descentralización, pero tiene que haber una cabeza políticamente responsable por la ciudad.

-Nueva York tiene cinco condados y un solo alcalde.

-Yo creo en eso, con la posibilidad de que existan alcaldías menores para los asuntos locales y parroquiales, pero sin duda tiene que haber una cabeza rectora, porque la ciudad es una sola.

-Como veterano alcalde, que quizá tenga aspiraciones presidenciales, cuál sería la lista básica de lo que un alcalde debe hacer y no hacer.

-Lo primero que un alcalde debe hacer es estudiar bien la ciudad para conocerla. Estudiar es muy importante. Hay una tendencia dentro del mundo político a intentar ganar a toda costa para luego resolver problemas sobre los que no se sabe casi nada. Debe ser a la inversa: para resolver los problemas hay que primero conocerlos. Esto significa, conocer la ciudad.
Segundo punto, la honestidad. La honestidad debe convertirse en transparencia y ese debe ser el primer capital político de un alcalde. Los políticos se han robado, de manera más torpe o más inteligente, gran cantidad de dinero en recursos públicos que son sagrados, porque cada centavo robado de esos recursos significa menos dinero para el desarrollo de oportunidades.
En tercer lugar, un alcalde debe tener una pasión muy grande, creer en lo que está haciendo y querer a la ciudad con el alma, para ser capaz de escuchar todas las voces: desde la más humilde hasta la más poderosa. Nosotros como autoridades tenemos mucho poder, pero escuchar esas voces es lo que le permite a un rodearse de la gente más competente.
Por último, debe mantenerse en contacto permanente con las personas. Todos los problemas, desde el hueco en la calle hasta el alumbrado, pasan por el alcalde y lo que uno haga o deje de hacer se siente. Lo que no debe hacer es todo lo contrario.

-¿Cuál es su ideal de lo urbano?

-Es una combinación del espacio construido para que las personas se puedan encontrar para ser libres y dignas.

-¿Qué papel juega la política en todo esto?

-Sin la política, todo lo demás es paja, pues la política es un medio para lograrlo. Pero todo político debe entender que el fin no justifica los medios. La forma de la política determina el tipo de sociedad que se construye.

lunes, 19 de enero de 2009

Por qué la economía china está congelada y no puede recuperarse (Parte II)

Segunda parte del reportaje al Dr. Cheng Xiaonong, doctor en Sociología de la Universidad de Princeton y redactor en jefe de Modern China Studies (Estudios Modernos sobre China)

Por Cheng Xiaonong - Sound of Hope Radio


Un trabajador migrante lleva sus pertenencias en una estación de ferrocarril en Beijing, China el 29 de diciembre de 2008. Como la crisis financiera mundial continúa impactando la economía de China, 10 millones de chinos a los trabajadores migrantes han perdido sus puestos de trabajo a nivel nacional. ((Guang Niu/Getty Images)

No hay un progreso real en las empresas chinas a pesar de los 30 años de desarrollo económico

Hay otro problema fuera de los ya mencionados en la Parte 1: el lento progreso de la tecnología y los sistemas de gestión en los 30 años. Hace ya 30 años que China inició la reformas económicas, eso es un plazo muy largo para un país, generalmente es suficiente para transformar e industrializar un país subdesarrollado. Por ejemplo, después de la Segunda Guerra Mundial, a Japón le tomó 30 años convertirse en uno de los países más industrializados del mundo. Para la década del ’70, Japón era ya uno de los líderes de la economía mundial.

Otros ejemplos de reformas rápidas incluyen a Corea y Taiwán. ¿Qué pasa con China? Desafortunadamente, los últimos 30 años de reforma solamente mejoraron un poco la apariencia y atrajeron empresas y capitales extranjeros. No obstante, estas compañías no trajeron realmente un progreso substancial para la economía china. La razón principal es que estas empresas extranjeras están en China principalmente por la mano de obra barata.

Por otro lado, en los últimos 30 años las empresas chinas no cambiaron su sistema de gestión ni inventaron muchos productos o tecnologías nuevos. Sin la tecnología extranjera, las compañías chinas no son eficientes ni en la manufactura para consumo ni en la industrial. Aunque hoy en día se fabrican muchos automóviles en China, la mayor parte de las tecnologías principales utilizadas en la fabricación nacional de estos automóviles depende de patentes extranjeras. Las fábricas automotrices chinas han fracasado en la creación de nuevas tecnologías. La excepción son las empresas chinas que fabrican productos de calidad que pueden competir en el mercado internacional.

A Japón le tomó solamente 20 años alcanzar la etapa de independencia tecnológica. Treinta años han pasado en China, y aun no se ve ninguna señal de innovación. Lo mismo está pasando en otros campos manufactureros. Hace poco hubo una discusión sobre los aviones de pasajeros hechos en China. La investigación y el desarrollo han durado 30 años, pero ha habido poco desarrollo. Se dice que China comenzó a armar su primer avión comercial nacional, aunque solo la “piel” del avión está hecha en China; la mayoría de las partes interiores son importadas de varios otros países.

En otras palabras, sin la tecnología y el equipamiento extranjeros, la industria de fabricación de aviones de China también es solo un chiste. Podemos ver que el verdadero retraso de la economía china yace en sus empresas. Por supuesto, las empresas están directamente relacionadas con el sistema social chino y las políticas gubernamentales. El hecho es que al régimen chino solamente le interesa la tasa de crecimiento económico, y no le importa el verdadero crecimiento de las compañías chinas.

Al mismo tiempo, muchos ejecutivos de las empresas chinas solamente piensan en su propio beneficio. Sus métodos de gestión se enfocan en emplear trabajadores migrantes a bajo costo para reducir los gastos. Ellos no creen en los investigadores ni en los desarrolladores de tecnología, mucho menos en alentarlos con una compensación monetaria. Como resultado, el personal de desarrollo en las compañías chinas solo interpretan planos de empresas extranjeras y actúan como artesanos en el proceso manufacturero.

Estas empresas rara vez invierten tiempo en desarrollo tecnológico e innovación independientes. Si hay alguna oportunidad de entrenamiento en otro país, esta oportunidad generalmente la toman ejecutivos de la compañía que son miembros del partido. La línea principal de desarrolladores rara vez tiene la oportunidad de vivir en el exterior por un período suficiente como para estudiar la tecnología. Además, los fondos que las compañías asignan para investigación y desarrollo son muy limitados. El resultado es una tasa rápida de desarrollo, aunque un nivel bajo de madurez técnica en las firmas chinas.

Esto explica por qué China depende tanto de las exportaciones y empresas conjuntas. Sin esto, los productos chinos no pueden competir en el mercado internacional. Estos carecen tanto de diseño como de procesos manufactureros. Ni bien las condiciones económicas sean menos rentables para las empresas extranjeras, una gran cantidad de capital saldrá del país, dejando la economía tambaleándose. Esto es lo que está pasando en China hoy.

Prioridad para los grupos de interés especial

Podemos ver que esta grave situación en China está profundamente arraigada. Uno puede decir que todo el sistema económico o incluso las políticas estatales han contribuido. Pero el régimen chino no ha tratado de resolver los problemas desde el punto de vista político. Debería admitir que ha cometido muchos errores en los últimos 30 años de reforma económica.

El error más grande es darle prioridad a los grupos de interés especial. El desarrollo del país ha pasado a un segundo plano o aún menos que eso. El régimen a menudo sacrificó los intereses del pueblo en general para beneficiar a los grupos de interés especial. La situación actual es el resultado directo de este enfoque deliberado.

Por supuesto, la raíz del problema es política. Como parte interesada en monopolizar el poder político, el partido comunista chino no está interesado en un desarrollo normal y a largo plazo del país. Lo que más le interesa en el beneficio de sus miembros. Los miembros del partido también saben que esta no es una situación sostenible y tratan de acumular la mayor cantidad de dinero posible en esa pequeña ventana de oportunidades que se les abre cuando están en el poder.

Por eso es que realizan planes a corto plazo. A ellos no les importa los intereses de las empresas, los empleados o la nación, mientras puedan obtener ganancias de ello. Después de obtener el dinero, no tienen planes de quedarse en China. En cambio, hacen lo posible por mudarse a otro país con su riqueza ilegal, dejando en China todo el desorden que causaron.

Las últimas décadas de desarrollo trajeron mejoras a la infraestructura y los edificios de las ciudades, al tiempo que causaron un rápido deterioro en el medio ambiente. Los recursos naturales están siendo robados y agotados. La moral de la gente también está cayendo rápidamente. Como resultado, hay muchos alimentos tóxicos en el mercado. Esto refleja una gran cantidad de problemas en la economía nacional y en la sociedad. Eso no es algo que pueda cambiarse con un par de lemas sobre el desarrollo económico o la política.

La economía china podría entrar en una Era de Hielo

Desde este punto de vista, a pesar de los 30 años de desarrollo económico, China está en crisis. La situación actual no es mejor que la que se presentó inmediatamente después de la muerte de Mao. Es simplemente otra clase de crisis bajo nuevas condiciones. Es posible que la crisis actual sea incluso más severa, además, estos problemas no pueden resolverse atrayendo más capital extranjero. En otras palabras, al régimen se le acabaron los trucos.

La economía china no está solamente en una tormenta. Posiblemente esté en una Era de Hielo. En los años venideros, es posible que la economía permanecerá en una depresión.

El régimen chino ha utilizado el lema “la estabilidad es primordial” para procesar a cualquiera que haga críticas. Mucha gente pensaba que esto estaba bien. De hecho, el lema “la estabilidad es primordial” también ha contribuido a la crisis económica.

“La estabilidad es primordial” tiene efectos negativos, que se han vuelto más y más evidentes. La situación no puede cambiarse simplemente con una o dos estrategias, ya que es el resultado de las acciones de decenas de miles de miembros de la élite del partido comunista chino. Mientras ellos permanezcan, es casi imposible cambiar la situación.

Aunque China ha mostrado un crecimiento en los últimos 30 años, esos años también tuvieron graves consecuencias. Para la mayoría de la gente común en China, la vida se volverá más difícil dentro de unos pocos años. A medida que la crisis económica empeore, más miembros de la élite dirigente abandonarán China, llevándose más capital. Para entonces, la economía china estará aun más devastada.

Aquí intenté brindar un análisis preliminar pero detallado de los problemas económicos que China enfrenta hoy. Espero que más gente, especialmente quienes no son expertos en economía, conozcan el pasado, presente y futuro de la economía china.

Publicado en La Gran Epoca.com.

Lea tambien:

  Por qué la economía china está congelada y no puede recuperarse (Parte 1)     

Por qué la economía china no puede recuperarse

Lo siguiente es un informe del Dr.Cheng Xiaonong quien fue consejero del ex primer ministro chino Zhao Ziyang. Tiene un doctorado en Sociología de la Universidad de Princeton y es redactor en jefe de Modern China Studies (Estudios Modernos sobre China). Su nombre es Por qué la economía china está congelada y no puede recuperarse (Parte II) y fue publicado en La Gran Epoca.com.

Por Cheng Xiaonong - Sound of Hope


Un inversor en una empresa de seguridad en Chongqing observa su fortuna disminuyendo de acuerdo a la caída de la bolsa de valores. (China Fotos/ /Getty Images)

Hablemos de la extrema distribución de la riqueza en la sociedad.

El régimen, a toda costa, protege a un pequeño grupo de privilegiados para que posean la mayor parte de la riqueza.

Al mismo tiempo, la mayor parte de la clase trabajadora tiene poco poder adquisitivo. Entonces, ¿qué hace este pequeño grupo de privilegiados con el 70% del dinero en el mercado financiero mundial?

Primero vemos que una porción significativa de este dinero va al mercado bursátil y al inmobiliario. Una gran parte es transferida al extranjero de diferentes formas para mantener a sus familiares que viven afuera. Mediante el lavado de dinero, grandes cantidades de dinero llegan a lugares desconocidos para la mayoría de la gente.

Por ejemplo, en las Islas Vírgenes Británicas, hay pocos residentes o actividades económicas. Estas islas se han convertido en una base principal donde los funcionarios corruptos y los ricos esconden su dinero. Muchos chinos establecen empresas fantasmas en las islas y envían mucho dinero. No solo ponen el dinero allí sino que lo usan para invertir en China como capital extranjero. Entonces nuevamente hacen dinero en los mercados chinos.

Especialmente como el Renminbi aumentó durante los últimos dos años, esta clase de “dinero caliente” entró a raudales en China. Según algunos analistas, el año pasado pueden haber ingresado a China unos U$S 200 mil millones en “dinero caliente”. Casi todo ese dinero proviene del 70% de la riqueza nacional que pertenece a los funcionarios chinos corruptos y a los privilegiados. ¿En qué beneficia esta clase dinero a la economía del país? Básicamente, en nada.

El “dinero caliente” ingresa a China y a los bolsillos de los funcionarios corruptos

Esta clase dinero es rara vez utilizada en inversiones a largo plazo. Son especulaciones a corto plazo. Por ejemplo, antes de que el Renminbi subiera, ellos ponían el dinero en bancos de China para poder obtener ganancias con la valorización del Renminbi. Actualmente este “dinero caliente” se está sacando de China porque el Renminbi ha empezado a devaluarse.

Otra manera de hacer dinero es invertir el “dinero caliente” en el mercado bursátil y el inmobiliario. Esto causa una serie de burbujas en los mercados, lo cual no es bueno para la economía real ya que el dinero no se invierte, sino que se usa para especular. Resumiendo, las políticas económica y social del régimen atraen al dinero privilegiado. El común de la gente que constituye más del 70% de la población no se beneficia mucho del crecimiento económico de China.

El resultado es que los ricos especulan con la mayoría de la riqueza y esto daña la economía China. Ya que los pobres no tienen poder adquisitivo, no pueden ayudar al crecimiento de la economía del país. La especulación con “dinero caliente” causa inflación en China. Esto se ha vuelto un asunto muy serio en todo el país desde la segunda mitad de 2007.

La inflación golpea fuerte a las familias de bajo y mediano ingreso. La inflación hace aumentar el salario promedio de la clase trabajadora, y muchas empresas extranjeras no pudieron sobrevivir en China porque el precio de sus exportaciones se elevó en igual proporción. Muchos países, como Vietnam, India, Sri Lanka y países de América Latina compiten con China en los productos de exportación. China no podrá competir una vez que se eleve el precio de sus productos de exportación.

El exceso de exportación aumentó la cantidad de moneda extranjera. El régimen tuvo que incorporar gran cantidad de billetes al mercado, lo cual empeoró la inflación y causó que el Renminbi subiera. Esto, a su vez, puso más presión sobre las exportaciones. Por esta este año razón las empresas extranjeras han empezado a salir de China.

La suba del Renminbi aumentó el precio de las exportaciones. El aumento del salario y del precio de la materia prima resultó en un aumento de los costos. El resultado es una aguda caída en las ganancias de las compañías. Además, China canceló la devolución del impuesto a las exportaciones para algunos productos y aumentó los impuestos sobre la renta de las empresas extranjeras. Reunamos todos estos factores –el aumento del Renminbi, la inflación, el aumento de los salarios, materia prima más cara, suba de impuestos –y entenderán por qué cayó el sector exportador en China.

El plan de rescate del régimen es anticuado

La economía china se sostiene en tres patas: exportaciones, proyectos de infraestructura pública y el mercado inmobiliario. Acabamos de hablar acerca de la burbuja rota del mercado inmobiliario; ahora las empresas inmobiliarias dejaron de construir casas y algunas incluso trataron de devolver las tierras que habían comprado. La estrategia de utilizar el mercado inmobiliario para empujar el crecimiento económico ha llegado a su fin. En China hay demasiada oferta de inmuebles sobrevaluados. Las familias comunes nunca podrían comprar esas casas. El mercado inmobiliario alcanzó su tope y empezó a descender en el primer semestre de 2008. Las dos primeras patas de las tres que sostienen la economía china –las exportaciones y el mercado inmobiliario –están lisiadas.

La tercer pata son los proyectos de infraestructura pública que abarcan construcción y reparación de carretera y de edificios de oficinas gubernamentales, y construcciones urbanas como parques públicos, ampliación de calles y servicios públicos. Se supone que con esta inversión el régimen se propone nutrir la industria y darle a las empresas oportunidades de desarrollo. Sin embargo, cuando la industria y la economía retroceden y el enorme presupuesto para la construcción pública permanece, se convierte en un despilfarro. El único efecto de tales proyectos es hacer que ciudades como Beijing y Shanghai se vean mejores que antes.

Pero esas bonitas ciudades no son buenas noticias para los chinos. Las enormes inversiones del régimen no mejoraron las condiciones comerciales en general; en este sentido el dinero se pierde. Además, todos los proyectos de desarrollo urbano que deberían realizarse en los próximos diez años ya están terminados. Por el contrario, el régimen se negó a establecer un presupuesto para mejorar el estándar de vida. Por ejemplo, actualmente hay una gran cantidad de desempleados en muchas ciudades que no pueden pagarse un seguro básico. Si el régimen pudiera pagarles un seguro y solventar parte de sus gastos financieros, esta gente podría mejorar algo sus condiciones de vida. Desafortunadamente, el régimen prefiere tomar el dinero y construir rascacielos y lindas ciudades.

Podemos ver que Beijing está tomando medidas y realizando la Conferencia Económica Central, con la esperanza de encontrar maneras de salvar la hundida economía china. Pero si miramos cuidadosamente, hasta hoy, todas las propuestas del régimen son los mismos planes viejos que no funcionaron en el pasado, tales como: estimular las exportaciones, aumentar la inversión en construcción pública, e intentar evitar que el mercado inmobiliario siga cayendo. Todas estas propuestas son precisamente las que causaron el desastre económico de hoy. Aparentemente no van a funcionar y solo van a agudizar el problema. El régimen no le va a decir la verdad a la gente. Mucha gente aún cree que en cuanto el régimen actúe, la economía se recuperará. De hecho, esta es la ilusión que el régimen les quiere hacer creer.

Lea también: Por qué la economía china está congelada y no puede recuperarse (Parte II)

miércoles, 14 de enero de 2009

Hola

· · · El primer blog 1 doble A + está por desarrollarse. Estamos en etapa de pruebas · · ·

jueves, 8 de enero de 2009

El dinero no da la felicidad (cuando se tiene), aunque ayuda (cuando llega)

Todo salió del blog del libro Freakonomics. Para quienes no lo leyeron o nunca oyeron hablar de él, es el libro de un economista (Steven Levitt, quien hizo las investigaciones) y un periodista del New York Times (Stephen Dubner, el que escribió el libro) que relata hallazgos poco convencionales para un economista.

Es decir, trabajos en economía del crimen, habla de las drogas, del aborto y demás cosas poco convencionales pero que realmente interesó mucho al público en general y ya lleva vendidas más de 3 millones de copias en el mundo.

Bueno, estos dos individuos tienen un blog en el que escriben acerca de estas cosas y también hay economistas invitados que escriben de vez en cuando. Esta vez le tocó el turno a Justin Wolfers que junto a Betsey Stevenson son dos jóvenes economistas de la universidad de Pennsylvania que estudiaron la relación a nivel países entre el PBI per cápita (es decir la medida más normal para ver el ingreso de un país) y la felicidad o satisfacción personal (medida por una encuesta del 2006 de Gallup World Poll bastante amplia y profunda). Pero antes de ver los resultados hagamos un breve resumen de este tema en economía.

En 1974 el economista Richard Easterlin encontró una paradoja (la famosa paradoja de Easterlin) en cuanto a esta relación que provenía de 3 observaciones:

A) En una sociedad, las personas ricas tienden a ser más felices que personas pobres.
B) Pero sociedades ricas no tienden a ser más felices que sociedades pobres.
C) En la medida en que un país se hace más rico no es más feliz.

Lo interesante de la investigación de estos jóvenes economistas es que ellos con nuevos y más amplios datos encontraron que no había tal paradoja.

Es decir, estas tres observaciones que parecían raras no se dan y los países más ricos son en promedio más felices y a medida que un país crece también lo hace su felicidad.

Ellos dicen que estos nuevos hallazgos se deben a que los datos anteriores eran pocos y sesgados hacia países con mucho ingreso (que son generalmente los que en el pasado tenían más cantidad y calidad de datos) y que también la encuesta de Gallup fue un gran avance en cuanto a encuestas de felicidad (que es un tema muy problemático para medir). La felicidad es básicamente medida en una escala del 0-10.


La pregunta clave que hacen los encuestadores es:

“Please imagine a ladder/mountain with steps numbered from 0 at the bottom to 10 at the top. Suppose we say that the top of the ladder/mountain represents the best possible life for you and the bottom of the ladder/mountain represents the worst possible life for you. If the top step is 10 and the bottom step is 0, on which step of the ladder/mountain do you feel you personally stand at the present time?”

Ahora adentrémonos más en el trabajo. A continuación pagamos el gráfico más representativo del trabajo, el que muestra la relación antes mencionada.

Observen donde está Venezuela (VE)

Mencionemos algunos hallazgos más que interesantes.


1. El PBI per cápita parece estar altamente correlacionado con la felicidad media de los países, más de 0.8 es la correlación simple.

2. La relación entre felicidad e ingreso parecería ser lineal. Es decir, si EE.UU aumenta su ingreso en 10% su felicidad aumentará lo mismo que si Sierra Leona aumenta 10% su ingreso. Esto viene a combatir previos pensamientos que hay un punto de saciedad en el ingreso, en donde más ingreso nos da cada vez menor felicidad.


3. A pesar de esto, el estudio también dice que 100 dólares extras en Burundi tendrían un efecto en la felicidad ¡¡25 veces más grande que en Estados Unidos!!

Esto sin duda le da muchos puntos al tema de dar plata a los países más pobres que es tan discutido por los países desarrollados por los pocos resultados que se han visto hasta ahora.


Para los que están más interesados está el link al post original y a un segundo link acerca del estudio. Una nota del NY Times con un buen análisis y también el trabajo en cuestión.


Lea: Fiebre del consumo (traducción de un artículo de Paul Krugman)

Fuente:
Agentes racionales