lunes, 9 de marzo de 2009

Convierta a su hijo en millonario

JAVIER ARIAS

Soy un hombre de familia con dos hijos hermosos que amo con todo mi corazón, con las edades de 5 y 1 año.

Sin más que decir que ellos son el motor de mi vida y la razón por la cual me esfuerzo por ser un buen hombre o hacer un buen negocio.

Como todos los padres, quiero lo mejor para ellos: las mejores oportunidades, educación, salud, carácter, etc…Si pudiera resumir, mi más grande deseo para ellos es que fueran económicamente libres, para que puedan dedicarse a hacer en la vida lo que les llene el corazón y no necesariamente lo que necesitan hacer para sobrevivir.Es por eso que decidí convertir a mis hijos en millonarios.

Mi plan tiene dos puntos: 1) dejarles una herencia millonaria y/o 2) enseñarles a ser millonarios. En este artículo compartiré la segunda parte de mi plan, si como yo, desean convertir a sus hijos en millonarios.Todos sabemos que el dinero no crece en los árboles, pero, ¿sabía que el dinero crece como los árboles? Se parte de una semilla, luego se planta en la tierra y luego se riega.

Tiene la opción de comerse sus frutos y la de plantar sus semillas hasta obtener un pequeño o gran bosque en su terreno.No es sorpresa que cuanto antes se inicie este proceso, sus árboles serán más grandes y tendrá un mayor número de ellos. Muchos están familiarizados con el perfil de riesgo y que dependiendo de que si usted tiene 25 o 50 años, tenga dependientes, deudas, etc… su estilo de inversión debe ser más arriesgado o más conservador. Si mi hijo de 5 años invierte 21 dólares al mes a una tasa del 10% anual tendría un millón de dólares a los 65 años. Mi hija de 1 año solo tiene que invertir 14 dólares al mes.

Apenas sus hijos tienen uso de razón recompénselos por hacer bien las cosas: limpiar el cuarto, aprenderse las tablas de multiplicar, etc… Contabilice todo esto y al final del mes cuente el dinero con él y haga del proceso un juego y rápidamente aprenderá el significado del dinero.Una vez que haya contado el dinero, separe el ahorro, separe un 10% para donar a la caridad y el resto pónganlo en una alcancía para que se pueda comprar aquello que quieran (un Max Steele o un Wii).

Lleven la contabilidad del dinero para gastar y una vez hayan llegado a la meta establecida (pueden pegar una foto del juguete con el precio en otra alcancía) pregúntele a su hijo si desea comprar ese juguete o desea añadirlo a su cuenta de ahorros u otras inversiones (fondo de pensión, acciones o negocio). Investigue con ellos las opciones.Sus respuestas serán distintas al pasar de los años, pero la enseñanza y resultado será uno: independencia financiera.

El autor es asesor financiero

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