lunes, 17 de noviembre de 2008
Robert Kiyosaki: 25 frases célebres
miércoles, 12 de noviembre de 2008
Los ricos también sufren con la crisis financiera
Aún son muy ricos pero sus pérdidas, algunas palpables, otras aún por acontecer, indican que muy pocos se han escapado del golpe de la crisis financiera, que ha afectado incluso a grandes inversionistas, ejecutivos de corporaciones y titanes de fondos de alto riesgo.
Los perjuicios para algunos de estos multimillonarios llegaron a traducirse en miles de millones de dólares en los últimos meses. Pero no pueden culpar sólo al estado de los mercados financieros: parte de las pérdidas las provocaron ellos mismos, comprando acciones en mal momento o reposiciones insuficientes de capital para cubrir o revertir movimientos adversos de precios.
"No importa quien seas: es difícil no ser afectado por el mercado bursátil", dijo Robert Hansen, decano adjunto de la Facultad de Negocios de Darmouth Tuck. "Cuando el mar está tan picado, es muy difícil para cualquier barco mantenerse a flote".
Este ha sido un año doloroso para cualquiera expuesto al mercado financiero.
El índice de 500 acciones del Standard & Poor, considerado el barómetro del mercado, ha perdido aproximadamente un 36% desde enero. Todos los sectores, incluido el energético y el de las acciones de compañías de servicios públicos, han visto descensos del 20% o más.
Estas pérdidas durante el último año han eliminado unos dos billones de dólares en el patrimonio neto de cuentas de jubilación privadas y de empresas, lo que supone casi la mitad de los valores en cartera de las cuentas, según el Centro de Investigación en Jubilación de la Universidad de Boston.
Lo mismo ha ocurrido con los planes de pensiones privados y públicos, que han perdido 1.9 billones de dólares, dijeron los investigadores.
A medida que las acciones caen en picada, también cae el capital accionario que los directivos tienen de sus compañías. El declive medio anual es del 49% para los paquetes accionarios de los directores ejecutivos de 175 grandes compañías estadounidenses, según un nuevo informe de la consultora Steven Hall & Partners.
El número uno de la lista es Warren Bufett, que ha visto el capital accionario de su compañía, Bershire Hathaway, caer en unos 13 mil 600 millones de dólares, o un 22%, de momento, este año. Sus valores en cartera han quedado en 48 mil 100 millones de dólares.
Larry Ellison, fundador y director ejecutivo de Oracle, ha perdido 6 mil 200 millones de dólares de su capital accionario, o un 24%, quedándose en 20 mil 100 millones, según datos del informe desde principios de año hasta el 29 de octubre.
Entre los cinco primeros de la lista del informe está Steve Ballmer, de Microsoft, que perdió 5 mil 100 millones hasta quedarse en 9 mil 400 millones. Jeff Bezos, dirigente de Amazon.com, vio su capital accionario caer 3 mil 600 millones de dólares, quedando en 5 mil 700 millones. Rupert Murdoch, de News Corp., perdió 4 mil millones de dólares para quedarse en 3 mil millones.
News Corp. y Microsoft no hicieron comentarios, mientras que representantes de Berkshire Hathaway, Oracle y Amazon.com no respondieron a solicitudes para comentar.
"Todo el mundo quiere ver a los ejecutivos perder el pellejo en el juego y esto demuestra que realmente lo pierden", dijo Steven Hall, fundador y director ejecutivo de la consultora que realizó el estudio. "Pero, al final, hay que recordar que aún les quedan otros miles de millones como apoyo".
En algunos casos, sin embargo, se han visto ejecutivos de grandes compañías perder no sólo su dinero sino también el de los accionistas de la compañía.
Cada vez más ejecutivos en empresas como Boston Scientific, XTO Energy Corp. o Williams Sonoma Inc. se han visto forzados a vender su participación en la compañía para cubrir préstamos de bancos y agentes de bolsa. Las acciones de la compañía fueron usadas como garantía real de esos préstamos.
"Las pérdidas de los dueños son malas para la gobernación corporativa", dijo Ben Silverman, director del departamento de investigación de InsiderScore.com. "Porque los intereses de los ejecutivos no van acorde con los de los accionistas".
Los inversionistas de Chesapeake Energy Corp. se enteraron hace poco de que el director ejecutivo Aubrey McClendon se vio forzado a vender casi el 95% de su participación en la compañía. Su venta de más de 31 millones de acciones, valoradas en casi 570 millones de dólares, redujeron la presión que sufría la compañía.
McClendon llamó a la operación una transacción personal y dijo que recuperaría su posición de dueño, según explicó Tom Price, un vocero de Chesapeake.
El inversionista Carol Icahn también se enfrenta a una situación difícil después de haber invertido en Yahoo este año, cuando compró unos 69 millones de acciones a cambio de una participación de casi el 5%. Antes del 30 de junio, esas acciones tenían un valor de 20,60 dólares cada una.
Durante el verano, Icahn intentó que la junta de Yahoo accediera a que la compañía fuera comprada por Microsoft, una operación que nunca ocurrió. Como concesión, Icahn y dos de sus aliados obtuvieron un asiento en la junta de la compañía.
Sin embargo, su participación en Yahoo ha disminuido abruptamente, ya que las acciones se valoran a unos 13 dólares cada una. Eso significa que Icahn ha perdido unos 500 millones de dólares desde junio. El inversionista no respondió a una solicitud para ofrecer comentarios.
"Cuando vas a pescar no siempre se pesca algo y en las inversiones no se acaba siempre ganando dinero", concluyó Hansen. "Tenemos que recordar que las cosas pueden ir muy mal".
sábado, 1 de noviembre de 2008
En mitad de las turbulencias, no olvidemos a los pobres
“Hay dos lecciones que la historia y nuestra experiencia personal nos enseñan. Una de ellas es que cuando las crisis ocurren los que menos culpa tienen son normalmente los que resultan más afectados y más débiles a la hora de sortearlas. La segunda es que las crisis pueden ofrecer el momento para la reforma y para efectuar cambios radicales. Así está sucediendo con la crisis financiera actual.
En este momento, el centro de atención política se dirige a la protección de los consumidores y contribuyentes de los países industrializados pero la gente más pobre de los países más pobres podrían acabar pagando pronto el precio más alto para un lío que ellos no han creado. Una respuesta a la crisis que no tenga en cuenta las necesidades de los pobres en el mundo – o lo que es peor, que reduzca los niveles de compromiso – sería altamente injusta. Las naciones ricas deberían cumplir sus compromisos con el mundo en desarrollo y no utilizar la crisis como pretexto para abandonar a esos países”.